Brinque de la cama, justo antes de que llamaran a la habitacion para despertarme, ya que eran las 4.50 am., la hora perfecta para iniciar nuestra aventura. Sali del hotel junto a dos mas del equipo rumbo a la maravilla del mundo. Todos bien abrigados recojimos las linternas, que amablemente nos habian dejado en recepcion a pedido mio, y con termos de mate de coca bien calente y guantes, enrumbamos a las ruinas.
La noche era densa, la caminata se hacia dificil con tamaña oscuridad, el piso estaba resbaloso y las linternas podian dibujar un haz de luz que salia de ellas gracias a la niebla que nos rodeaba. Trepamos por aproximadamente 15 o 20 minutos hasta que llegamos a la piedra principal, esa que la mayoria utiliza para sacarse la foto de rigor que todos vemos en los viajes de aquellos que fueron a Machu Picchu, con las ruinas completas al fondo, como marco imponente.
Con mucha cautela, ya que los desniveles son de hasta 2 mts de altura, logramos ubicarnos acompañados de nuestras lamparas, sin las cuales hubiera sido imposible el corto viaje.
Cada quien busco su lugar, y un poco alejados uno del otro, disfrutamos de la oscuridad.
El silencio era estremecedor. La sensacion de no ver nada, absolutamente nada y a la vez de sentir la energia de ese lugar, era totalmente gratificante.
Luego de un rato, saque mi disc player, y abastecido con varios discos de musica de meditacion, en especial una de flautas apaches, conecte el mismo a un amplificador a baterias, que sonaba en verdad espectacular.
El cielo inicio su danza cromatica al cambiar levemente de negro total a un violeta muy oscuro, todavia el silencio nos rodeaba, que silencio tan especial, inolvidable.
Escuche las voces, a lo lejos, de otros ingenuos llegando que deseaban ver el amanecer en la ciudadela en pleno invierno, al igual que yo.
Pude darme cuenta, facilmente, que eramos mas de 10 las personas que ahi estabamos, cada uno tomando su distancia, esperando un milagro.
El cielo se puso violeta, pero aun no se podia distinguir casi nada, ya que estabamos en plena luna nueva. En mi corazon seguia visualizando y creyendo, con una sonrisa proveniente del deseo. Fue en ese instante que vi un par de estrellas entre las nubes, y en 10 minutos ya podia ver mas de 30, eso alimento mi sueño, solo seguia imaginando el momento tan esperado.
De pronto escuche algunas voces de asombro, en medio de se silencio enriquecedor y una de las chicas del equipo de trabajo me llamo : " chayoooo!! mira a atras, en la cordillera que es esooo!" Voltie y me encontre con una escena inolvidable.
Sumerjidos en una oscuridad plagada de tonos violetas, azules muy oscuros, y estrellas en el cielo, vi una linea que bordeaba toda esa zona de los andes de un color rojizo ligeramente anaranjado impresionante, era como una nave alienigena gigantesca acercandose por el horizonte.
Impactado por el escenario que a cada minuto que pasaba cambiaba de color hasta llegar a un naranja incandecente, respire profundo varias veces, para saber que no era un ilusion.
Estaba paralizado, mis ojos atentos a todo, el cielo de un tono azul ya no tan oscuro y las estrellas casi desapareciendo, como doncellas que dan paso a la reina a punto de ingresar al palacio, eran el marco perfecto para acompañar ese gesto de fe, que salia de mi interior. Busque mi disc player y deje correr la musica en el lugar.
Las flautas, de sonido dulce, ronco, mistico, fueron lo unico que se empezo a escuchar mientras que todos pasmados veiamos como la ciudadela se iba revelando al ritmo del cielo, que lo iluminaba de a pocos.
La cordillera se torno brillante como el oro y en ese instante comprendi que efectivamente estaba a pocos minutos de recibir el mayor regalo de mi vida. Me sente lo mas comodo que pude, con mi rostro dirijido hacia el este. La musica era el ingrediente perfecto para tamaño acontecimiento. Ese pequeño amplificador podia reproducir las frecuencias bajas de esa magistral melodia de forma perfecta.
Cerre los ojos por un instante...
Una vez mas, las voces maravilladas, de los ya no tan pocos que alli se encontraban, llamaron mi atencion y voltie a ver la ciudadela que se ubicaba a mi lado izquierdo. Otro cuadro que jamas olvidare, tanto asi, que me dejo tan debil ,que no tuve fuerzas para tomar mi camara fotografica.
El Huayna Picchu estaba iluminandose de una luz dorada inigualable, bañandolo de una manera magica y espectacular. Estaba atonito, mis ojos agradecidos, mi mente guardando esa informacion al mas minimo detalle.
Solo atine a dar gracias, gracias, gracias ... gracias y como si fuera un mantra mis labios siguieron balbuseando timidamente, entumecidos por el extasis aquella palabra celestial.
Las lagrimas empezaron a rodar por mi rostro, la emocion era incontrolable.
Una vez mas, me acomode con la cara empapada, literalmente, dirijiendome al sol. Estaba llisto, estaba cerca, miss lagrimas no dejaban de caer.
Abri ligeramente los ojos para no perderme el primer rayo de sol tocando mi frente, y asi fue.
Sin dejar de mirar casi con mis parpados cerrados, pude ver y sentir como mi alma se llenaba de calor, de amor y de paz. La fe que tuve esos pocos segundos, en esa habitacion del hotel, esa tan pequeña como grano de mostaza, crecio tanto, que mi cuerpo no la podia contener. Esa musica, mi casaca literalmente mojada de tanta emocion, mi cuerpo lleno de escalofrios en medio de una sinfonia de energias renovadora que me transportada a todos los espacios, eran poca cosa para explicar lo que sentia en aquel tiempo y lugar.
Deje de agradecer por un momento y tuve una conversacion con el Dueño, y El tambien me hablo ...
Ya el sol nos tenia cubiertos a los pocos privilegiados que estabamos ubicados en esas piedras magicas. Cuando abri los ojos, todos nos miramos pacticamente al mismo tiempo, eramos como 50 personas, no se cuando llegaron los demas, pero empezamos a aplaudir desaforadamente, algunos levantaban las manos al cielo, otros reian felices, unos gritaban, algunos se abrazaban festejando tamaño acontecimiento, yo solo seguia dando gracias y riendome como un loco, que increible, que regalo maravilloso, que espectaculaaar!
De regreso al hotel , el sol era abrazador, el recepcionista parecia que estaba atento a mi llegada, porque ni bien me vio entrar se me acerco, y lo primero que me dijo fue, con un rostro sorprendido : " es increible, con que dueño fue que hablo? no entiendo nada, como lo hizo" quiso darme los 50 dolares casi insistiendo, pero no se lo permiti. Esa mañana habia recibido un tesoro que no tenia precio.
Me volvio a preguntar, "como lo hizo?, de verdad hablo con alguien? con quien hablo, no comprendo nada", volvio a repetir , y en medio de risas lo mire y señale al cielo... el me miro, y sonriendo hizo un gesto como entendiendo al fin lo inexplicable. "Que Dios lo bendiga!" exclamo a lo lejos, mientras yo seguia subiendo las escaleras, a lo que respondi ... " ya lo hizo, ya lo hizo "!
Fin de la historia